El Ayuntamiento de Zaragoza quiere dar solución al problema que sufren las viviendas de Las Estrellas

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D. L. G. / M. E. C. 17/05/2013

El Ayuntamiento de Zaragoza quiere dar solución al problema que sufren las viviendas de Las Estrellas, en el barrio de Valdefierro. Aunque los técnicos municipales afirmaron ayer que los últimos estudios realizados, el pasado mes de abril, han servido para confirmar que la afección de la dolina en el último año ha sido el desplazamiento de "entre un mínimo de tres milímetros y un máximo de cinco" en los diferentes bloques de pisos. Esta medición representa un 60% menos de lo que se venía produciendo en años anteriores (trece milímetros), antes de las medidas aplicadas por el ayuntamiento por orden del juez y que han supuesto una inversión de más de un millón de euros.
La reunión celebrada ayer en Urbanismo del responsable del área, Carlos Pérez Anadón, con el resto de grupos municipales, a la que asistieron el arquitecto, el geólogo y el perito encargados del seguimiento de esta afección, dejó en el aire las cuestiones más importantes sobre la futura solución al problema. Plazos, costes o actuaciones concretas a realizar siguen pendientes de la resolución de un expediente que se prevé tener el próximo mes de junio.
Si es posible antes de que estos mismos técnicos municipales pasen delante del juez para ratificar la versión que el consistorio ha venido manifestando durante todos estos años, desde que los vecinos denunciaron la situación y el conflicto acabó en los tribunales. Estos deberán declarar los próximos 10 y 11 de junio y el tiempo corre para determinar si Urbanismo cierra el expediente con la declaración de ruina económica del bloque 5.
Solo del bloque 5, porque esta parece confirmarse como otra de las conclusiones que determinarán estos informes técnicos definitivos. Y es que, precisamente, los daños que serían más costosos de subsanar que el 50% que supondría afrontar la construcción de un nuevo edificio --eso es lo que quiere decir declarar la ruina económica del inmueble-- solo se daría en los pisos de ese número, y no en el resto.
Aún así, los técnicos dejaron clara una cuestión importante: que el riesgo de colapso en el año 2020 al que hacían referencia los informes en los que se basaba el anuncio de la necesidad de demoler el bloque, no significa que se vaya a caer, sino que lo que plantea es una fractura de los pilares que no quiere decir que derive en su caída. Aunque, en ambos casos, es un escenario a evitar. La duda es si el consistorio decidirá adelantar la inversión o si ser el más solvente de los posibles responsables --el otro es la constructora-- puede perjudicarle en el juicio.