Aunque en mayo, cuando se valló el terreno, el inicio de las obras parecía inminente, finalmente los trabajos de impermeabilización de la dolina de Valdefierro comenzarán en septiembre. El proyecto está redactado y aprobado pero faltan los materiales necesarios para llevar a cabo la actuación, que consiste en inyectar arcilla en el terreno para aportar estabilidad a la superficie.
Ahora mismo los técnicos municipales están negociando precios con las empresas de la zona que trabajan con arcilla, aunque el parón estival obliga a retrasar estas conversaciones hasta septiembre.
Se trata de una actuación rápida que finalizaría en dos meses si no se presenta ningún problema. Lo cierto es que no se trata de una solución definitiva, pero es el modo habitual de trabajar en estos casos porque a medida que la arcilla inyectada cede hay que introducir más cantidades de material arcilloso.
La depresión provoca esta inestabilidad porque el terreno bajo el suelo de esta zona está formado de materiales que se disuelven con las aguas subterráneas. De este modo, el suelo se va quedando sin base hasta que llega un punto en el que cede y se forman depresiones en el terreno.
AFECCIONES En este caso, esta depresión llegó a afectar notablemente a las urbanizaciones construidas sobre la zona, que han sufrido inundaciones que han obligado a acometer numerosas obras de remodelación para paliar los efectos.
Los vecinos de Valdefierro urgen esta actuación porque provoca movimientos de tierra que afectan a los edificios colindantes. Los signos de la oscilación provocada por la dolina son evidentes. Las junturas de los inmuebles cada vez están más separadas y el asfalto muestra varias roturas.
Hace dos meses vallaron el parque en el que se debería empezar a trabajar, pero lo cierto es que los días han pasado y las máquinas no se han acercado hasta la avenida de las Estrellas. De hecho, los residentes han acabado por derribarlas para poder hacer uso del espacio verde porque "no tenía sentido que estuvieran allí impidiendo el paso si no comienzan las obras", indica un miembro de la asociación de vecinos Las Estrellas, Jesús Picazo.
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Aunque en mayo, cuando se valló el terreno, el inicio de las obras parecía inminente, finalmente los trabajos de impermeabilización de la dolina de Valdefierro comenzarán en septiembre. El proyecto está redactado y aprobado pero faltan los materiales necesarios para llevar a cabo la actuación, que consiste en inyectar arcilla en el terreno para aportar estabilidad a la superficie.
Ahora mismo los técnicos municipales están negociando precios con las empresas de la zona que trabajan con arcilla, aunque el parón estival obliga a retrasar estas conversaciones hasta septiembre.
Se trata de una actuación rápida que finalizaría en dos meses si no se presenta ningún problema. Lo cierto es que no se trata de una solución definitiva, pero es el modo habitual de trabajar en estos casos porque a medida que la arcilla inyectada cede hay que introducir más cantidades de material arcilloso.
La depresión provoca esta inestabilidad porque el terreno bajo el suelo de esta zona está formado de materiales que se disuelven con las aguas subterráneas. De este modo, el suelo se va quedando sin base hasta que llega un punto en el que cede y se forman depresiones en el terreno.
AFECCIONES En este caso, esta depresión llegó a afectar notablemente a las urbanizaciones construidas sobre la zona, que han sufrido inundaciones que han obligado a acometer numerosas obras de remodelación para paliar los efectos.
Los vecinos de Valdefierro urgen esta actuación porque provoca movimientos de tierra que afectan a los edificios colindantes. Los signos de la oscilación provocada por la dolina son evidentes. Las junturas de los inmuebles cada vez están más separadas y el asfalto muestra varias roturas.
Hace dos meses vallaron el parque en el que se debería empezar a trabajar, pero lo cierto es que los días han pasado y las máquinas no se han acercado hasta la avenida de las Estrellas. De hecho, los residentes han acabado por derribarlas para poder hacer uso del espacio verde porque "no tenía sentido que estuvieran allí impidiendo el paso si no comienzan las obras", indica un miembro de la asociación de vecinos Las Estrellas, Jesús Picazo.
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